Lamentable acto en San Germán

   Los Capitanes de Arecibo derrotaron a los Atléticos de San Germán 98-89 en tiempo extra para tomar una delantera de 3-1 en la serie semifinal A de Baloncesto Superior Nacional. Lamentablemente, el juego tomó segundo plano, luego del incidente ocurrido en el Coliseo Arquelio Torres de San Germán después que terminó el cuarto parcial empates a 84. Luego de un tiro de tres fallido por Andrés Rodríguez de los Capitanes en la chicharra, el árbitro Jorge Vázquez fue golpeado por un vaso con hielo lanzado desde las gradas por un fanático. Vázquez recibió el golpe en su ojo derecho. Luego de una demora, Arecibo cobró la técnica dada al equipo de San Germán por el acto y así mismo, los Capitanes comenzaron el tiempo extra con un avance de 11-1.

    Incidentes como éste ocurren al menos una vez al año en BSN. Realmente, nunca deberían pasar. Cada año tenemos un incidente en el que un irresponsable o un grupo de irresponsables quieren formar parte del espectáculo y provocan un incidente que da mala reputación a nuestro país. En el 2009, el motín entre Carolina y Quebradillas donde tuvo que entrar la fuerza de choque; en el 2010 en Ponce contra Santurce donde se confiscó el juego decisivo de los cuartos de final, con victoria para Santurce (vídeo abajo). También en el 2010, en el séptimo juego de la final en Bayamón contra Arecibo, fanáticos comenzaron a tirar vasos y botellas cuando ya el juego estaba contundente a favor de Arecibo e igual, lo confiscaron. En el 2011, en Guaynabo contra Arecibo durante la semifinal (este servidor se encontraba allí), fanáticos comenzaron a lanzar pesetas y baterías a la cancha. Es desafortunado que Puerto Rico sea notorio como autor de tales incidentes. Lo único bueno de los incidentes como tal es que no pasan sin castigo. Este incidente particular de San Germán les costó dos tiros libres, posesión para Arecibo, más adelante la rápida desventaja de 10 y eventualmente el juego.

   

   Ésto sólo demuestra que el fanático puede afectar el juego activamente. Los fanáticos pueden afectar el juego siendo un "sexto hombre" en la cancha, haciendo ruido y llenando un coliseo en apoyo a muerte por su equipo. Eso es pasivo. Cuando la fanaticada toma el asunto en sus manos, de manera activa, pasan cosas como las de San Germán anoche. No pretendo separar a un pueblo o a un grupo en específico, porque la realidad es que asuntos así ocurren en todo Puerto Rico. Más lamentable que eso es que por UNO, todos se ven afectados y no es justo. Los Atléticos perdieron la dorada oportunidad de posiblemente empatar la serie semifinal en 2-2 y poner a los bicampeones contra las cuerdas. Al contrario, un frustrado fanático quería "robarse el show" y lo logró, pero para el mal de su equipo.

   Se ve mucho cuando factores exteriores afectan el juego. No sólo fanáticos, pero en ocasiones, apoderados de equipos reciben faltas técnicas durante juegos. El punto de todo es que dejemos que el juego se decida en la cancha y no tomar esos asuntos en nuestras manos. Como fanático, uno paga su entrada y puede beber, comer, gritar, abuchear, hacer ruido, brincar, saltar, etc. Pero pagando entrada NO da el derecho a uno hacer lo que le da la gana. Antes de todos los juegos, el anunciador siempre advierte:

"Damas y caballeros, les recordamos que se trata de una actividad para el disfrute de toda la familia, por lo cual no es permitido utilizar lenguaje soez o arrojar objetos a la cancha. Aquel que asuma estas conductas será removido de las instalaciones deportivas".

    Nuestro básket está mejor que nunca. Hay mucha competencia y realmente es un espectáculo. Esto es un llamado para evitar ser protagonistas del juego y dejar que el pizarrón indique el resultado del juego y no un vaso con hielo.

Foto: Suministrada